Nuestra visión
La calidad del café se desarrolla en el campo, está relacionada con la genética, las prácticas agronómicas y el terroir. Obtenerla es extremadamente difícil, conservarla a lo largo de la cadena representa un reto mayor.
Productor, tostador y barista intervienen en la transformación de una materia prima compleja y llena de incógnitas. Las habilidades y la firma personal de cada uno de ellos, termina dándole una personalidad única a la bebida final. Para no entorpecer la señal es crucial que el transporte y el almacenamiento del café se realicen en óptimas condiciones.
A lo largo de la cadena experimentamos, analizamos e interpretamos. Empleamos diversos instrumentos de medición y buscamos la fórmula para cada café. Catamos y validamos procesos con la ayuda de nuestros sentidos. Mediante el control calidad y hablando un mismo lenguaje sensorial buscamos encontrar el perfil adecuado para nuestros clientes. No se trata de encontrar el mejor café, sino de encontrar el adecuado.
Respetando el producto que llega a nuestras manos buscamos honrar el trabajo del caficultor. A través de la trazabilidad y la transparencia buscamos establecer relaciones fructíferas entre productores y tostadores. Asegurando una comunicación efectiva entre ambas partes buscamos fomentar la durabilidad de la relación comercial. Porque cada café tiene una historia que vale la pena contar, creemos que es importante acercar los dos extremos de la cadena. Crear y ser el puente para brindar la mejor experiencia posible.
Sabemos que cada finca es única y cada caficultor tiene su propio contexto. La caficultura en Venezuela se ha estado recuperando tímidamente desde hace unos años. Los productores han invertido en conocimiento, también han aprendido del ensayo y error. Hoy estamos viendo los resultados.
Empezar a producir café de especialidad requiere inversión, tiempo y constancia. Los resultados no son inmediatos y la fase de experimentación es imprescindible. Elaborar y establecer protocolos reproducibles para cada lote de la finca es un reto. Alcanzar un grado aceptable de homogeneidad requiere grandes cambios en el funcionamiento de una finca. No solo a nivel de infraestructura y material, también en la manera de trabajar la tierra, cosechar, procesar y secar el café. Para lograr esto a escala de una hacienda el esfuerzo es significativo. La fórmula no está escrita y aquí la importancia de conocer su producto. Medir la calidad física con instrumentos adecuados y aprender a catar para determinar la calidad sensorial.
nosotros
Juan
A Juan le gusta el café desde que era muy joven. Como venezolano, el café de la mañana es imprescindible. En 2010 conoció a Pietro Carbone, pionero de la cultura del café de especialidad en Venezuela y se formó con él. Juan pronto comenzó a trabajar a su lado, asistiéndole durante sus cursos de barismo. Viajó a Florencia en 2011 para hacer un curso de barismo y en 2012 se certificó como barista con Luigi Lupi y María Esther López. Además de trabajar en una cafetería en Caracas, Juan se interesa por la agricultura.
No le gustaban las baguettes, pero Francia le fascinaba desde pequeño por su cultura agrícola. Para aprender más, vino aquí a estudiar. Con un título de ingeniero en la mano, trabajó en desarrollo e investigación para una cooperativa agrícola. Pero el café lo vuelve a llamar.
Esta vez se interesa en el tostado y se forma con Mikaël Portannier, campéon mundial de tostado 2025. Tambien realiza un diplomado con tecnicafé : cadena de valor del café.
Le encanta viajar y conocer gente. Juan tiene la habilidad de entender los problemas a los que se enfrentan los productores y de compartir con ellos de tal manera que se cree un vínculo de confianza. Sabe hacer las preguntas adecuadas, y consigue ser profesional y amigable al mismo tiempo. En cada encuentro, aprende más sobre el manejo agrícola de los caficultores. Buenos consejos para cuando tenga su propia finca y cultive su propio café!
Mélissa
Mélissa es freelance. Las oficinas no son lo suyo. Prefiere trabajar en casa, donde puede tomar un buen café, o en una cafetería, donde también puede tomar un buen café. El café filtrado es lo que más le gusta. Hace fotografía de producto, pero no de cualquier producto. Ama a la gente por encima de todo, así que intenta destacar a las personas que hay detrás de cada proyecto, detrás de cada producto. A través de las imágenes, consigue evocar emociones y transmitir valores, los valores de sus clientes.
Vivió 9 años en París, donde se formó como productora audiovisual y en comunicadora. Ha trabajado para la televisión y para productoras. Como jefa de producción, fue responsable de la organización y realización de rodajes. A Mélissa le encanta el cine. Podría hablarte de la Nouvelle Vague tanto como de café.
Le fascina la luz, por eso hace fotos. La mayoría son analógicas (@bande_pelliculaire). Los sabores también le encantan. Cocina, prueba, corrige, vuelve a probar. Sus sentidos están despiertos. Lectora, su pequeño apartamento en París no le impidió tener cada vez más libros.
Descubrió el mundo del café de especialidad en 2020. Rápidamente regresamos a Venezuela por su convicción en el desarrollo del sector del café en su país. Su país, Francia, donde nació, y Venezuela, donde creció.
Catadora internacional del encuentro internacional de cafés especiales de Venezuela (EICEV) en 2023 y 2024. Durante este tiempo se formó junto a torrefactoras como Le Perco y Esperanza café. Obtuvo su certificación SCA en café verde en Paris y en habilidades sensoriales en España. Además realizó una formación en tecnicafé para aprendre más acerca de la fermentación del café.